¿Es que nadie va a pensar en los runners?

Recuerden: la primera víctima de los casos de dopaje es el deporte base, ese aficionado levemente panzudo que se gasta 90 pavos en unas Nike y sale a correr dos veces por semana inspirado por las hazañas de sus ídolos. Después de la Operación Galgo, nada volverá a ser lo mismo en las carreras populares.


Rotos por dentro. Les falta llorar.